Girola

Capilla de San José

En la girola se sitúan las capillas absidiales que fueron construidas en el siglo XVI. La primera capilla es la de San José. Se accede a ella por un arco apuntado en cuya clave se ve un escudo con árbol y oso rampante. Esta capilla servía como espacio de comunicación con el pórtico sur, y estuvo inutilizada durante mucho tiempo.

Tras la restauración ha sido destinada a recibir los restos de los obispos fallecidos. Una imagen moderna de San José, patrón de la buena muerte, preside este lugar. Lleva al Niño en brazos y sostiene en la mano una vara florida.

“ En la girola se sitúan las capillas absidiales que fueron construidas en el siglo XVI. ”

Capilla Nuestra Señora de los Remedios

La siguiente capilla es la de Nuestra Señora de los Remedios, iluminada por un ventanal apuntado con una vidriera de colores y diseño geométrico. La cubierta se forma con seis nervios, que se unen en una clave policromada con la imagen de la Virgen sedente.

En esta capilla se alza un curioso retablo-relicario, ejecutado hacia 1740 con piezas de estilo renacentista y clasicista reaprovechadas, al arder el retablo precedente en el año 1641.

El cuerpo se estructura en tres calles, con cuatro registros de reliquias en los laterales, y en la central dos pisos y el ático. Entre las reliquias se encuentra un Lignum Crucis.

Preside el retablo una imagen de la Virgen realizada hacia 1660. Tiene larga cabellera y el ropaje resulta abultado y rígido. Sostiene parte de éste en el brazo, mientras lleva en el otro lado al Niño. En el segundo nicho se sitúa una talla de San Ramón Nonato, mucho más movida, de pleno siglo XVIII. El ático está ocupado por una imagen de la Virgen de La Merced, en madera policromada y de ejecución algo anterior a la imagen del Santo.

En esta capilla también se encuentra el Arca de las Reliquias, que acoge las de diversos santos y santas.

Capilla Virgen del Rosario

La siguiente capilla es la consagrada a la Virgen del Rosario. De traza irregular y cinco lados se cubre con crucería de cinco nervios, que se cortan en una clave con la imagen tallada de San Miguel.

El retablo, de un cuerpo más ático, es obra barroca de principios del siglo XVIII. Luce medias columnas con el fuste estriado y adornos florales y vegetales, con la titular situada dentro de la hornacina central de medio punto. La Virgen del Rosario es una talla en pie de mediados del siglo XVIII, con generosa melena y el Niño en brazos. Arriba, en el ático, hay un óleo barroco, coetáneo a la fábrica del retablo, que representa a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Dominicos, y que pudiera ser realización local.

En esta capilla se sitúa un austero sepulcro en arcosolio, de mediados del siglo XVIII, que perteneció a la familia Gortázar y Arandia.

El sagrario exento

A continuación, se sitúa el excepcional sagrario exento. Este tipo de sagrarios reciben el nombre de torre eucarística y fueron frecuentes en los Países Bajos, Alemania… durante la etapa bajomedieval.

Está esculpido en piedra arenisca, data del siglo XV y procede de la iglesia de San Pedro en Mendexa, de donde pasó al Museo Vasco de Bilbao, que lo ha depositado en la Catedral.

El original sagrario está compuesto por varias piezas pentagonales superpuestas y presenta decoración de vegetales y arquitecturas góticas en el cuerpo central y el copete, este último con fronda calada decreciente y rematado por una figura antropomorfa que lleva un capuchón. La puerta es de hierro forjado, muy fina, y se flanquea por dos ángeles, uno con instrumento musical de cuerda y otro que porta una cruz. Los restantes lados se ornamentan con tracerías, excepto uno, devastado, que nos informa sobre su ubicación adosado a un muro o columna del templo. Este Sagrario se apoya en un pie ornamentado con cinco columnillas góticas labradas.

Capilla de la Piedad

En la siguiente capilla se emplaza una hermosa escultura barroca, castellana, que lleva a Cristo en su regazo. Se trata de la Piedad y es del año 1642. Esta expresiva imagen fue realizada para el retablo de Nuestra Señora de La Misericordia, desaparecido, que se debía al escultor y ensamblador Antonio de Alloytiz, quien la realizó también hacia 1642.

“ En la capilla se emplaza una hermosa escultura barroca, castellana, que lleva a Cristo en su regazo. Se trata de la Piedad y es del año 1642. ”

Capilla de San Diego

A continuación, se presenta la capilla de San Diego Alcalá, donde destaca el titular franciscano. Es una fina pieza barroca de hacia 1740 que se presenta en madera bellamente policromada. El retablo, seguramente algo anterior a la talla, muestra ornamento de vides sobre columnas salomónicas y profuso follaje en todo el conjunto. Consta de un cuerpo y el ático, donde hay un lienzo con la escena de la Transverberación de Santa Teresa, que se enmarca de igual forma en los primeros años del siglo XVIII y nos recuerda la antigua advocación de la capilla. La escena, indiscutiblemente influida por Bernini, recoge el momento culmen del éxtasis de la Santa, cuando la flecha de fuego enviada por el ángel atraviesa su corazón.

En esta capilla puede verse también el templete del Corpus Christi que aloja la Custodia con el Santísimo Sacramento el día de su procesión.

Capilla de Santa Lucía

La última de las capillas de la girola es la dedicada a Santa Lucía. Presenta traza irregular y mayor altura que las siguientes.

La imagen titular es una escultura en madera policromada de hacia 1545, atribuida al taller de Juan de Beaugrant. Dispone de bastante movimiento y está representada con elegante tocado, sin embargo, la policromía es barroca, de mediados del siglo XVIII. Le acompañan elementos de su condición de mártir, la palma y la bandeja con los ojos que, según una leyenda, ella misma se arrancó.

“ Le acompañan elementos de su condición de mártir, la palma y la bandeja con los ojos que, según una leyenda, ella misma se arrancó. ”