Arquitectura

La Catedral y su historia

 

 

Arquitectura interior

La Catedral de Bilbao está considerada como uno de los inmuebles más perfectos y completos del arte gótico vasco.

Se trata de un templo de tres naves en cuatro tramos, con girola tras la capilla mayor y crucero alineado -es decir, no sobresale hacia los lados del edificio.

Los tramos de las naves bajas son cuadrados, mientras que los de la nave principal tienen forma rectangular. La excepción es el crucero, cuadrado y con los brazos rectangulares. Más peculiar es la solución del espacio de la girola que alterna tramos rectangulares y triangulares tal como sucede en ciertas construcciones francesas, pero poco habitual en la arquitectura del gótico peninsular.

En los muros laterales encontramos capillas de fundación particular pertenecientes a familias notables de la villa. Se abrieron entre los contrafuertes exteriores de la iglesia a partir de finales del siglo XV y principios del siglo XVI, siguiendo fórmulas góticas.

Una de las actuaciones más destacadas durante las últimas obras de restauración del templo ha sido el rebaje del nivel del suelo cerca de 60 centímetros, recuperando la cota del siglo XVIII.

El alzado de la iglesia se distribuye en tres registros formados por arcos formeros, triforio y vitrales. La nave mayor se eleva hasta casi 22´50 metros, mucha más altura que las naves laterales, algo típicamente gótico. Los pilares son robustos, de sección circular, a los que se adosan columnillas que arrancan desde las basas escalonadas, propias del gótico internacional, hasta las fajas-capitel lisas de donde parten los nervios de las bóvedas.

Este sencillo procedimiento resulta frecuente en el gótico vizcaíno y, posiblemente, se deba a la influencia que sobre toda la cornisa cantábrica ejerció la construcción de la catedral de Burgos, donde este tipo de soportes son los habituales.

Las vidrieras se ajustan a la estética gótica. Presentan decoración con vegetales y elementos geométricos, a excepción de las dispuestas en el ábside, la central con la representación de la Santísima Trinidad flanqueada por dos vidrieras que muestran a los cuatro Evangelistas. También en los vitrales del crucero encuentra dos detalles figurativos, el escudo de Bilbao y el Sagrado Corazón.

 


 

Arquitectura exterior

Portada principal

A pesar del predominio del gótico, la fachada principal es la que más cambios ha sufrido a lo largo del tiempo.

De la primitiva construcción gótica no se conoce nada. La precedente a la actual fue construida en el siglo XVII, alrededor de 1650, por Martín Ibáñez de Zalbidea. Constaba de un amplio pórtico apuntado bajo el que se disponía una portada clasicista con columnas dóricas de jaspe de Mañaria, y sobre ésta una vidriera de diseño gótico de considerables dimensiones.

El actual diseño general de la fachada y la torre responde a los principios fundamentales del neogótico, que pretendía reconstruir el estilo artístico de fines de la Edad Media dejándose llevar por no pocos sentimientos románticos.

La portada se encaja entre dos contrafuertes. Su ingreso ligeramente abocinado muestra decoración vegetal y está acompañado por las imágenes pétreas de San Pablo, con su espada, y San Pedro, que porta las llaves. El característico rosetón se sitúa en el nivel superior, envuelto por detalles de fronda y símbolos jacobeos, que son la venera y la cruz de Santiago. Debajo de esta serie de emblemas santiaguistas: el conopeo y el tintinábulo. Se trata de insignias propias de las basílicas.

“ En cuanto a la torre, está formada por dos cuerpos: el campanario y la aguja. El primero, levantado con piedra del monte Oiz, se abre al exterior a través de vanos de estilo neogótico con persianas que actúan a modo de cajas de resonancia y presenta remates de pináculos ”

En cuanto a la torre, está formada por dos cuerpos: el campanario y la aguja. El primero, levantado con piedra del monte Oiz, se abre al exterior a través de vanos de estilo neogótico con persianas que actúan a modo de cajas de resonancia y presenta remates de pináculos.

En este campanario se alojan un total de once campanas, distribuidas en tres niveles. En el primer nivel del campanario de la catedral de Santiago se encuentran las campanas de volteo, en el segundo las de repique y el tercer piso aloja unas de volteo y otras de repique. La torre culmina en una esbelta aguja aparejada con una piedra más clara que el resto procedente de Angulema (Francia). De inspiración igualmente bajomedieval, alcanza los 64 metros destacando visiblemente sobre el caserío del casco viejo.

 


 

Portada sur

Desde su primitiva construcción la iglesia se erige sobre terrenos de marismas o arenales, una circunstancia que ha provocado bastantes problemas de cimentación. Por este motivo, cuando se decidió levantar el pórtico sur de la iglesia éste se realizó no sólo para habilitar un espacio cubierto, sino también con objeto de servir como contrafuerte del edificio.

La tremenda presión ejercida por la fábrica de la iglesia puede observarla en la inclinación de los gruesos pilares que, a pesar de su robustez, han cedido por lo inestable del terreno.

Conforma un imponente atrio de planta irregular que va desde la cabecera del templo hasta el área de los pies. Fue una obra de evolución lenta y gran monumentalidad, cuyas primeras trazas se deben a Rodrigo de Álbiz y Juan Sáez, continuando poco después Domingo de Garita con la ejecución del mismo, hasta su conclusión a fines del siglo XVI. Así pues, todos los elementos nos remiten al estilo renacentista, a excepción de la bóveda remodelada por Lucas Longa en 1686 y, por tanto, en estilo Barroco.

En este espacio sobresale especialmente el acceso al templo. Se trata de una hermosa portada gótica sin tímpano y de arquivoltas apuntadas abocinadas que presenta decoración angrelada y se remata en cabecitas de humanos. De toda la portada lo más interesante resulta la arquivolta exterior, que lleva esculpidas las imágenes sedentes de catorce profetas bajo doseletes y, arriba junto a la clave, inserta los bustos de un obispo y un rey. Rodeando la portada se sitúa una chambrana con ornamentación de hojas de vid que arranca de las figuras de una mujer y un clérigo.

“ Sobre la portada un escudo de Bilbao, con el puente de San Antón y los lobos pasantes, realizado sobre madera policromada en el siglo XVIII. ”

Sobre la portada un escudo de Bilbao, con el puente de San Antón y los lobos pasantes, realizado sobre madera policromada en el siglo XVIII.